
lo que todo indica, uno de los más patéticos capítulos de la historia de la Fórmula 1 tuvo su cierre hace unos días. El US F1, equipo norteamericano que anunció su entrada en la categoría en el comienzo del año pasado, cerró sus puertas después de un año sin nunca haber ido a la pista. Peor: en su fábrica en Charlotte no fue producido ni siquiera un coche. La historia toda tuvo contornos patéticos desde el inicio. Peter Windsor, socio fundador del equipo virtual, periodista experto y bastante influyente en el medio, usó de su credibilidad para atraer la atención de toda la prensa. En febrero de 2009 fue al "Speed Channel" junto con su socio Ken Anderson a anunciar, en vivo, la creación del equipo. Pero tal anuncio dejó un enorme punto de interrogación en la cabeza de todos, tamaña era la falta de consistencia. Era un equipo muy gracioso. No tenía sede, no tenía nada. El anuncio sonó como palabras al viento. Los más escépticos dudaron que aquella aventura fuera durar más que semanas. Meses después, sin embargo, Windsor y el US F1FIA y ganaron el derecho de ingresar a la F1. Aunque todo de lo que dispusieran fuera una sede, un pico de coche y algunos vídeos en Youtube. Se imaginaba, entonces, que el equipo etéreo finalmente ganaría solidez. Finalmente, con plaza garantizada, ahora bastaba correr atrás del presupuesto que financiara la construcción del coche. pasaron en la selectividad de la Pero nada aconteció. Y el US F1 continuó siendo sólo un simulacro. Tenía web, Twitter, Facebook, canal en Youtube. Quién sólo viera las acciones mediáticas, probablemente creería en su existencia. Pero la F1, felizmente, aún exige realidad. La fragilidad del proyecto de el US F1 fue latente. Sus dueños actuaron como una empresa que presenta y vende su producto con antelación para, con este capital, fabricarlo. En un mundo de alta tecnología, competición cerrada y altas inversiones, es obvio que no daría bien. Y no dio. Otro gran problema fue la falta de transparencia de las operaciones. José Maria Lopez y el gobierno de Argentina cayeron como patos. En las palabras del propio padre del piloto: “pagamos por una plaza que no existía”. Sí, Pechito López compró una plaza virtual en la Fórmula 1. El US F1 vendió y no entregó nada. El US F1 probó ser una farsa. Por eso entrará en la historia como "aquel que fue, sin nunca haber sido". | ||
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